Sigue la brega

Qué fácil sería mandarlo todo a paseo sin más.

Mandarlo todo a la mierda y levantarme al día siguiente con una calma total. Respirar profundamente y empezar de cero. El compromiso inicial, se rompió. Nada me obliga a seguir en esto.

Sería rápido e indoloro.
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CÓDIGO ACTUAL DE CURRANTE: 02

El sueño de uno, la pesadilla de todos

No hago más que darle vueltas a todo lo que sé y está claro que algo hay en todo esto que no sabemos y sólo sabes tú. Supongo que tenías una especie de plan para que todo funcionase como tú pensabas, sacásemos el juego y santas pascuas.

Me da la sensación de que te fuiste a firmar el contrato... Y una vez con él y el adelanto de la compañía en la cartera (que debieron ser menos de 4.000 euros), tenías que ingeniártelas para conseguir a un músico, un diseñador, y un animador.

Tú contabas con gastar mucho y no ganar nada, mientras ibas asegurando el terreno para que la gente se implicara en un proyecto atractivo. Nos dijiste a todos que habría poco dinero para que estuviésemos preparados a meternos en una aventura casi por la ilusión en exclusiva, y fuiste pagando lo que pudiste con el adelanto de que disponías.

Así pues, el músico, que fue el más rápido, cobró el trabajo entero.

El animador, que te exigía unos mínimos mensuales para meterse en el trabajo, cobró algo, pero no todo lo que le habías prometido. Quizá pecaste de ingenuo al creer que se te adelantaría dinero de la editorial con buena fe. Le prometiste que tras una conversación con la editorial, se consiguió pactar un pago de 600 euros mensuales (mira que es poco). Pero no debió ser así. En un último esfuerzo le diste lo que tenías pero la cosa se empezó a estropear... Él se sintió insultado recibiendo de ti 200 euros cuando le debías como poco 1.200. Es normal. Su renuncia a seguir trabajando en el proyecto levantó de nuevo y con más fuerzas que nunca sospechas en la diseñadora, a la que habías ido dando largas con los anticipos mensuales que esperaba también. Hasta que le dijiste finalmente que el cobro sería al acabar el juego.

La diseñadora, que es tu socia, en espera de una futura gran ganancia (50% de beneficios), se quedó sin nada de nada. En una espera eterna por rascar algo se quedó sin un duro poniendo su trabajo y nada más, porque nada de dinero tenía para poner. Y cuando vio levantarse el pastel, se quiso escapar antes de hundirse con el barco. No sin recibir unos cuantos improperios a consecuencia de sus intentos por saber qué pasaba mientras observabas, rabioso, como se derrumbaba tu empresa.

Conclusión: No se puede trazar un plan que implica a otras personas, esperando que reaccionen como tú quieres sin que sepan lo que pasa. La vida no es como un juego, o una película. No se puede controlar todo... Ni se debe mantener un montaje en equilibrio esperando que nadie se de cuenta y manejándolos como piezas de un tablero.

Hubiese sido más fácil decir la verdad desde el principio en lugar de urdir un plan tan chapucero. Pero entonces quizá nadie hubiese aceptado, y no podrías haber optado a conseguir tu sueño. Pero un sueño a cualquier precio y a costa de todo, no es un sueño, es una pesadilla.
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